jueves, 18 de noviembre de 2010

Carta a Ramón Luis IV

Distante de la abuelita te situaste Ramón Luis
buscando el medio adecuado a tu gran aspiración;
la casa está silenciosa ausente el hijo feliz
que afinando su guitarra entonaba una canción.

Todos aquí incluso Collie hemos quedado muy tristes.
El deja ver en sus ojos cuanto se inquieta sin tí.
Tal vez quiere preguntar por qué motivo te fuiste
y huye de la soledad echándose junto a mí.

Es mi esperanza y consuelo creer que el materialismo
no te anule los preceptos del ambiente familiar.
Que tu espíritu conserva su natural humorismo
y la simpatía atrayente de tu carácter jovial.

Le ruego a dios te proteja por ser tú recto y humano
ajeno a vanas pasiones que perturban la razón;
él te conceda entre extraños encontrar un buen hermano
y aprecie las cualidades de tu noble corazón.

Interminables y oscuros son los días de la ausencia,
en sus noches el desvelo amarga mí cavilar.
Sólo una gracia divina puede alargar mi existencia
y satisfacer su anhelo de resistir y esperar.

Coloqué junto a mi cama tu nueva fotografía.
Besandola te bendigo y eso alienta mi ilusión
de que el cielo me permita en un no lejano día
verte entrar con la guitarra entonando una canción.. 

Vicenta Nuñez Sucre de Yanez

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