de cúspide inaccesible, signo de tu señorío.
Rivalizas a la luna, fontana de inspiración
que hizo mago de la estrofa al genial Rubén Darlo. . . .
Hay en tu voz el arpegio de caracola marina,
en tu escultural silueta esbeltez de palma indiana
y cadencias en la risa cual el agua cristalina
con que mitiga al sediento tu mano samaritano . .
Eres linda catequista en tu paraíso andíno,
solicitas la asistencia de su ignaro campesino
a quien has edificado una escuela artesanal. . .
Y volarás por sus aulas como abeja laboriosa
aportando de tu espíritu una miel maravillosa
que a la pizarra y al libro ha convertido en panal
Vicenta Núñez Sucre de Yánez
Junio 1972
Junio 1972
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