jueves, 18 de noviembre de 2010

Nelly

Cuando niña fué un encanto su timidez de gacela.
Debió ser hecha de lirios la blanca piel satinada.
De quedo acento su voz, con suavidades de seda
y una expresión soñadora en la abstraída mirada. . .

Avatares de la suerte acercaron nuestras vidas,
la ala sombrío otoño, la de élla esplendor de albas.
El óleo de su ternura restañaba mis heridas
y entre las dos se produjo una afinidad de almas. . .

Fiel a sus rectos principios, fina, discreta y afable
ha cumplido la misión de esposa y madre admirable
sin menoscabar su gracia de ingenua sentimental . . . . . .

Y devota de doctrinas que iluminan la existencia
como experta jardinera cultiva su inteligencia
relevantes atributos de una altura espiritual . . . . . . .

Vicenta Nuñez Sucre de Yanez
Otoño 1972 

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