Maturín ! mi hogar nativo, el de jagueyes risueños
el de feraces praderas y dilatada llanura.
Aún quedándome distante a mí, lo acercan mis sueños
para mitigar mis ansías en sus fuentes de frescura.
Sueño con sus patios llenos de madreselvas y rosas
donde se aspira el aroma de helíotropos y jazmines;
y añoro el leve susurro de las bellas mariposas
llevando nuevos matices a los floridos jardines
Ausente del pueblo mío entre lugares extraños
sentía aguda la nostalgia de mí salita lejana
y, ahora, que ya vencida por el fardo de los años,
surge de mis noches insomnes el imperativo anhelo
de asomarme como antes a su modesta ventana,
a ver salir las estrellas en el luminoso cielo
a ver salir las estrellas en el luminoso cielo
Vicenta Nuñez Sucre 1974
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