Fuiste plumón de armirlo por sobre charca inmunda;
propiciatoria víctima de un remoto ideal,
que en la ultrajada patria de los Libertadores
encontrara el acerbo sino del Mariscal.
Tu sangre es de la misma derramada en Berruecos;
y en desigual contienda el arma fraticida
desbozando tu pecho disipó la promesa
altiva y luminosa que fué siempre tu vida.
Mancillar pretendieron tu atávica hidalguía;
aquella de Ayacucho: oríflama de gloria
que diera a nuestro suelo Derecho y Libertad;
Aquella que en Santa Ana probó tu valentía,
cuando ciño a tu frente un lauro de victoria
trasmitiendo tu nombre a la posteridad.
Vicenta Nuñez Sucre de Yanez
Agosto 1929
Agosto 1929
No hay comentarios:
Publicar un comentario