jueves, 18 de noviembre de 2010

Rimas de Maritza

Vuelan mis precarias rimas a las manos de Maritza,
niña de rasgados ojos y sosegado mirar;
en los labios el esbozo de una ligera sonrisa
y en su armónico dialecto es más tierno el madrigal.

Nació en los Valles de Aragua, aquella región procera
la del Samán confidente de la fé bolívariana,
heredando la prestancia de su fresca primavera.
Lleva con gracia el donaire de la mujer victoriana.

Algo extraño que le ocurre la induce a sentirse ausente,
tal vez la aísle el ensueño de un imperativo amor
en las almas conturbadas una tendencia insistente
la obliga a refugiarse en su jardín interior.

Remisa y sentimental aparece entristecida
prodiga el amor delicias y a veces hondas querellas,
encerrada en su reserva teme no ser comprendida
y sus íntimas congojas se las confía a las estrellas.

Sea talismán de su vida esa tímida ternura
oculta celosamente como gema milagrosa,
no puede agotarse nunca su generosa finura
que hará transformar mis rimas en un manojo de rosas.

Vicenta Nuñez Sucre
Abril 18, 1971

1 comentario:

Maritza Yánez dijo...

Que linda mi abuelita, que certera en sus letras. Como decía papá, "parece que me hubiera hecho una radiografía". Gracias primo por este regalo que llega al alma.