de este país manumiso, quijotesco y millonario.
De tus nuevas relaciones si son fieles todavía
y de al gún jefe iracundo cada vez más arbitrario.
Venezuela es el Chicago de los tiempos de Al Capone
atracos y asesinatos ocurren todos los días.
Es ineficaz la fuerza que a enfrentarlos se dispone
y protestan en la prensa tan continuas fechorías.
Anhelo el campestre ambiente de mí provincia lejana
en que la naturaleza es fértil y generosa;
tiene brillantes ocasos y risueña la mañana
donde transcurre la vida apacible y silenciosa.
Caracas era un remanso de primorosas macetas;
asomaban a su reja bellos ojos soñadores
que inspiraban madrigales a románticos poetas
y surgía entre los aleros el trinar de ruiseñores.
Ahora está convertida en un centro comercial
con avenidas estrechas para el tráfico inquietante;
Caracas ha ido perdiendo su influencia espiritual
y su clima antes benígno es cálído y sofocante.
Las costumbres modernistas suprimieron la prestancia
de una ciudad desbordada de atractivos femeninos.
Poco le queda a las damas de su elogíada elegancia
y en nada les favorecen sus modales masculinos.
La suerte te da los medios que hagan feliz tu destino
depende de tu cordura aprovechar la ocasión;
siempre te guíe el espíritu de tu abnegado padrino
y los grandes sentimientos de su noble corazón.
Vicenta Nuñez Sucre de Yanez
1976
1976
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