También agradezco a los amigos por haber atendido amablemente mi invitación, prestigiando con su presencia este filial obsequio que en el ocaso de la vida llena espíritu de inefables emociones.
Promovida por mis familiares esta celebración habré de confesar, carencia de méritos para ella, a no ser los que me concede generosa la naturaleza permitiendo sobreviva la inclemencia del tiempo, pero en hora no lejana al llamado de la tierra reclamará su tributo y hasta el Supremo Hacedor llegaré con las manos vacías -más ante él se alzará como una ofrenda este amor a los hijos que mas allá del infinito perdura en el alma de todas las madres.
Y para dar algún colorido a mi desvaída palabra termino haciendo ala la inspirada y sugestiva estrofa de un fino poeta:
Vicenta Núñez Sucre
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